Según un estudio de la Universidad de Uppsala en colaboración con la Universidad de La Habana, un grupo de hormigas es capaz de desarrollar estrategias de manejo de recursos flexibles y respuestas características propias, bajo la acción de una serie de estímulos del entorno y mediante sus interacciones intrínsecas. Estas interacciones intra-grupo son típicamente cooperativas, en el sentido de que la actividad de un único animal se incrementa no-linealmente con el número de los ya activos.
En el estudio, publicado en Physical Review Letters, se usaron modelos matemáticos de patrones de búsqueda de comida de las hormigas, y se analizó el número de hormigas que entraban o salían de su nido, así como la temperatura, a lo largo de varios días. El resultado es que emergieron estrategias flexibles de gestión de recursos, y ello debido a que el grupo operaba de forma aperiódica en la frontera del régimen caótico, donde la no-linealidad es especialmente pronunciada, y donde al grupo se les ofrecen más opciones que la mera observación del ciclo día/noche.
Es más, el grupo de hormigas mostraba signos de “libre albedrío”, en el sentido de que su actividad mostraba modos de comportamiento no sujetos directamente a estímulos externos a al comportamiento de los individuos del grupo. Por ejemplo, era notorio la rapidez con que el grupo comenzaba su tarea de búsqueda de comida, y la lentitud con la que esta tarea cesaba.
Ver:
- Foraging at the edge of chaos: Internal clock versus external forcing, Nicolis, S. et al., Phys. Rev. Lett. 110, 268104 (2013). DOI: 10.1103/PhysRevLett.110.268104
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