El inconformista del caos

Benoît B. Mandelbrot, el padre indiscutible de los fractales, el hombre que desarrolló y aplicó el campo de la geometría fractal a la física, la biología, la economía y muchos otros campos, falleció el pasado jueves 14 de octubre en Cambridge, de un cáncer de páncreas, a los 85 años de edad.

El Dr. Mandelbrot acuñó el término fractal para designar una nueva clase de formas matemáticas cuyos contornos emulaban las irregularidades que se encontraban en la naturaleza.

Con su artículo “¿Cuanto mide la costa de Gran Bretaña?” (“How Long Is the Coast of Britain? Statistical Self-Similarity and Fractional Dimension), publicado en Science en 1967, puso de manifiesto el hecho de que la longitud de una linea geográfica real depende de la longitud de la regla que se utilice para medir.  En el mismo artículo analiza las curvas autosimilares, con dimensiones fraccionarias entre 1 y 2.

Posteriormente, en su libro más importante, “La geometría fractal de la Naturaleza” (“The Fractal Geometry of Nature”), publicado en 1982, defendió a unos objetos matemáticos, para los que unos años atrás había acuñado el término fractal,  que según él habían sido tachados de monstruosos e incluso patológicos.

Tratado a veces como a un extraño dentro de los ambientes más ortodoxos de las matemáticas por algunos, los intereses del Dr. Mandelbrot abarcaban desde la geología hasta la cosmología, desde la medicina hasta la ingeniería.  Y por supuesto se adentraban en la geometría, donde fue uno de los primeros en utilizar los ordenadores para el estudio de objetos matemáticos.  Su nombre ha sido dado a uno de los primeros fractales, y sin duda el más conocido y estudiado, el Conjunto de Mandelbrot.

Sin duda alguna se nos fue uno de los matemáticos más importante de este último siglo.

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