Es posible que la existencia de la vida en el Universo, en formas más complejas que las bacterias, sea más raro de lo esperado (y deseado). Esa es la conclusión a la que han llegado Nick Lane de la University College London y Bill Martin de la Universidad de Dusseldorf.
El re-análisis que han realizado de cómo la vida compleja evolucionó en nuestro planeta, les lleva a pensar que la aparición de vida compleja en el Universo pasaría por que se produjese un importante proceso que aparentemente ocurrió una única vez en la Tierra. El proceso mencionado es el paso de bacterias a la primera célula compleja, o eucariota.
Los citados investigadores indican que en cuanto una simple célula bacteriana comenza a hacerse más compleja, comienza a tener problemas con sus recursos energéticos. Una célula más compleja implica una mayor cantidad de genes y de proteínas. Y para ello, necesita más espacio. Pero cuanto más grande se hace un objeto, la relación entre el área de su superficie y su volumen disminuye. Y para una célula esto es un gran problema, dado que genera su energía usando su superficie.
Parece que esto pudo resolverse cuando una célula enguyó a una bacteria, usándola como generadora de energía: la primera mitocondria. Pero esto contradice rotundamente lo que aparece en los libros de texto: que las células evolucionaron primero, y después aparecieron las mitocondrias.
Sin embargo, el hecho es que es muy difícil que una simple célula envuelva a una bacteria, y ahí reside el problema: la obtención de mitocondrias podría resultar un hecho extraordinario. Tanto en la Tierra como en el resto del Universo.
(Fuente: New Scientist)
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