La isla canaria de El Hierro, se encuentra experimentando una actividad sísmica fuera de lo normal, lo que ha llevado a declarar la alarma sísmica.
En los últimos días, la tierra ha temblado en más de setenta ocasiones, registrándose movimientos sísmicos de hasta 3,4 grados en la escala de Richter a las 22:24 de la noche del sábado 24, cuando Protección Civil recibió hasta veinte llamadas alertando del movimiento de la superficie terrestre. No obstante, esta situación no resulta novedosa en El Hierro, ya que desde el pasado 19 de julio se han contabilizado 7.852 seísmos, cuando lo habitual en la isla son diez o doce al año. Fue en esa fecha cuando los sismógrafos del Instituto Geográfico Nacional empezaron a registrar una actividad sísmica significativa en El Hierro, que ha llevado a los científicos a sopesar la posibilidad de una pronta erupción volcánica. De hecho, ésa es la idea expuesta por el coordinador del Instituto Volcanológico de Canarias, Nemesio Pérez, que ha afirmado que la probabilidad «aunque pequeña, es significativa».
Estos temblores de tierra están provocados por la intrusión de magma a una profundidad que oscila entre los doce y los catorce kilómetros por debajo de la superficie de la isla.
Además, en los últimos días se ha registrado una pequeña elevación del terreno, de entre 20 y 25 milímetros, que es otro de los indicadores previos a una erupción. Un tercer factor, que aún no se ha manifestado, es el incremento de los niveles de dióxido de carbono, que por ahora se mantienen estables y están siendo supervisados en todo momento por los especialistas.
El cabildo regional ha confirmado «la existencia de probabilidad de una erupción volcánica», que estiman en un 15 por ciento. Así lo aseguraron en una rueda de prensa el presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, y la consejera del Área de Seguridad y Emergencias, María del Carmen Morales. Ambos quisieron mandar un mensaje de tranquilidad, aunque admitieron que «sabemos que el momento es especial, y por eso la información debe fluir en su totalidad, la población debe conocer de primera mano la situación y no hay que ocultarle nada, pero tampoco magnificarla».
Siendo consciente de la especial situación de intranquilidad y nerviosismo de los 11.000 residentes en la isla, el propio Alpidio Armas quiso trasladar un mensaje de tranquilidad a la población, a la que incitó a que siga haciendo su vida rutinaria, aunque siempre prestando atención a las recomendaciones que se hagan por parte de las instituciones implicadas en esta crisis sísmica. En este sentido, el presidente del cabildo no descartó la posibilidad de que se vuelvan a reproducir en las próximas horas otros episodios que sean percibidos por la población, y en la misma línea, las recomendaciones son las mismas: «Tranquilidad, sosiego y calma».
Ante esta creciente actividad sísmica, y con una clara intención preventiva, el Gobierno regional decretó por primera vez en la historia, el nivel amarillo de situación sismovolcánica. Esta situación contempla una preparación de los servicios de emergencias y de la población ante una evolución desfavorable del fenómeno sísmico en las próximas fechas.
Las instituciones competentes en materia de Seguridad y Protección Civil definieron el plan de actuación en el que se establece los procedimientos eficaces para garantizar la integridad de la población que pudiera verse afectada por una situación de emergencia.
La elaboración de este documento incluye la asignación de los Grupos de Acción, la revisión de planes de contingencia de Servicios Básicos Esenciales, la información continuada a la población, la difusión del Plan de Evacuación y la comprobación del Plan de Comunicaciones.
Entre las recomendaciones que los servicios de emergencias han facilitado a la población se encuentra el tener a mano en el domicilio la documentación personal así como el teléfono móvil y una pequeña bolsa con ropa, consultar con frecuencia en los medios de comunicación los informes oficiales de actividad volcánica en la isla y llamar al 012 para recibir la información necesaria en caso de una posible evacuación.
La última erupción en territorio español tuvo lugar hace 40 años, en 1971, en la isla canaria de La Palma. Sucedió en el volcán de Teneguía, en la llamada «cumbre vieja». Antes de entrar en erupción se produjeron numerosos terremotos cuya intensidad fue progresivamente en aumento, lo que puso en alerta a los vecinos de Fuencaliente de La Palma, la localidad más próxima. La erupción fue la más corta de las Islas ya que duró desde el 26 de octubre de 1971 hasta el 18 de noviembre de ese mismo año. No hubo víctimas. La erupción que se produjo en el Parque Nacional del Timanfaya, en Lanzarote, ocurrió en el siglo XVIII y duró seis años.
Fuente: Alerta volcánica en la isla de El Hierro, A. Robledo
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